¿Por qué lloramos los seres humanos?

Llorar

Lágrimas deslizándose por nuestras mejillas, produciéndonos un pequeño cosquilleo durante su viaje hasta nuestros labios, en donde sentimos un sabor salado que nos hace dar cuenta de que estamos llorando. Llorar es humano.

No existe (o no se ha encontrado) otra especie además del ser humano, que sea capaz de producir llanto. Es una característica exclusiva de nosotros, algo por lo cual entendemos se experimenta durante emociones intensas y estados de ánimos polares, como la tristeza o el dolor y la felicidad o la alegría.

Cada acción de nuestro cuerpo, cumple una determinada función, de la cual siempre saca un provecho, sea protegernos, avisarnos de algo o expulsar de nuestro interior sustancias nocivas.

Llorar es un suceso complejo, en el que se pueden recoger múltiples respuestas, las cuales se pueden combinar para dar una razón conclusa a: ¿Por qué lloramos?

Las investigaciones en el campo científico, nos hablan de que llorar es una expresión no verbal, una forma de decir algo, pero sin pronunciar ninguna palabra, es hablar a través de los gestos, a través de cómo nos vemos.

Los científicos creen que esta conducta de llanto se moldeó en nuestros antepasados cuando aún no tenían la habilidad de hablar desarrollada, de esta manera, utilizaban el gesto típico del llanto para hacerles saber a sus semejantes que estaban padeciendo una emoción intensa y que necesitaban atención de aquellos que estuvieran a su alrededor. Llorar capta la atención de quienes nos rodean, avisándoles de que alguien está padeciendo algo y que necesita ser atendido.

En la actualidad, cuando vemos a alguien llorar, inmediatamente captamos su atención y predecimos su estado de ánimo; Sus gestos faciales y sus lágrimas nos producen un efecto que nos obliga a sentir compasión por la persona que está llorando, sentimos su vulnerabilidad, la imagen de ver a alguien completamente derrotado e inofensivo, eso, nos anima a tenderles una mano.

Ahora sabemos que llorar en parte funciona como una estrategia para conseguir ayuda o atención de nuestros terceros. Seguramente su función era más efectiva en tiempos pasados. Actualmente, el habla y los aspectos morales que condicionan lo social, hace que llorar sea aceptado, pero de otra manera. Es decir, no sentiremos compasión de alguien que llora, si sabemos que sus lágrimas son de “cocodrilo”. Porque nuestra capacidad de pensamiento razona sobre lo que significa el engaño.

Liberación de sentimientos

Pero también se nos informa de que llorar es la manera de descomprensión o liberación de un sentimiento muy intenso. Algo que se encuentra reprimido y necesita salir para poder aliviarnos. Esto, en parte, nos explica por qué podemos llorar cuando sentimos felicidad y no solo cuando estamos tristes o dolidos por algo.

Pero hay algo muy particular en todo esto, algo que todavía no mencionamos… Las lágrimas.

En el interior de la cavidad ocular se encuentra el “aparato lagrimal”, que segrega tres tipos de lágrimas diferentes.

La que se encarga de lubricar la parte expuesta del ojo para mantenerla húmeda. Haciendo que los párpados funcionen como limpia parabrisas, esparciendo la secreción por el área ocular.

La lágrima que entra en función cuando padecemos irritación por causa de algún agente externo, como una basurita o polvo. Esta irritación causa exceso de secreción lagrimal, que posee características químicas de aspecto antiséptico, eliminando bacterias y gérmenes.

Y la que nos ocupa, es la lágrima que se asocia a los estados emotivos. Dicha lágrima está compuesta de agentes químicos diferentes a las anteriores mencionadas. Esto ocurre porque la lágrima de llanto contiene la hormona “adrenocorticotropa” que al liberarse, disminuye los efectos de estrés. Esto explica porque nos sentimos mejor después de haber llorado, es como un analgésico natural que el cuerpo mismo produce.

El “aparato lagrimal” está conectado con las cavidades nasales, parte de las lágrimas segregadas son descargadas en esta cavidad. Provocando la salida de líquido, lo que es típico sonarse la nariz durante o después de llorar.


Puede que nos parezca un acto normal, pero si lo pensamos un poco, el hecho de que derramemos lágrimas por los ojos en respuesta a una emoción intensa de tristeza o felicidad, es cuanto menos, curioso. Pero como todo, tiene su explicación.

Llorar es exclusivo de los humanos, y hay que tener en cuenta que las lágrimas que derramamos cuando lo hacemos, no son las mismas que habitualmente lubrican nuestros ojos, o que surgen si un objeto extraño o una sustancia irritante ingresa en el ojo – en ese caso, son más bien acuosas y tienen la función de lavar. Las lágrimas del llanto, analizadas químicamente, tienen hormonas relacionadas con el estrés, de alguna manera es una forma de descargar esas emociones que nos inundan, por ello es que luego de llorar nos sentimos mejor. Las lágrimas emotivas están compuestas por  cantidades más altas de las hormonas prolactina, adrenocorticotropa, leu-enkefalino6 y los elementos potasio y manganeso.

A nivel cerebral, las emociones humanas surgen a partir de una red de regiones cerebrales interconectadas, como el sistema límbico cerebral, asociado a las emociones, que a su vez se asocia con el sistema nervioso autónomo. Así, los sentimientos promueven respuestas físicas. El ritmo cardiaco, la respiración y las cuerdas vocales intervienen en el llanto.

Existe la teoría de que el consuelo que se experimenta después de llorar se deba a que se estimulan los nervios craneales, que a su vez alivian la amígdala cerebral sobreestimulada por una emoción específica.

Pero además, el llanto tiene una función evolutiva en las relaciones interpersonales. Al nublarse nuestra vista con lágrimas, se inhibe los comportamientos agresivos y, transmitimos vulnerabilidad, lo cual hace que los demás empaticen con nosotros y se fortalezcan los vínculos.

De esta manera, se vincula a este fenómeno con un tipo de comunicación no verbal que intenta describir un determinado estado de ánimo, particularmente uno en el que se intenta llamar la atención o solicitar la ayuda de otros.

Estas últimas teorías han ganado terreno, ya que aportan una explicación más adecuada, teniendo en cuenta que el llanto se produce incluso causado por emociones opuestas aunque igualmente intensas, como la alegría o la tristeza. En esta explicación, el llanto representa una válvula de escape a la experimentación de esas emociones.

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