En nuestra cultura occidental, el negro es el color tradicional elegido para asistir de luto a un velorio y acompañar a las personas en el dolor que causa la muerte de un ser querido. Vestir esta tonalidad denota respeto y dolor por la pérdida.
El negro es la ausencia de color y de la luz. Sin embargo, ¿alguna vez te preguntaste a qué se debe esta tradición? ¿Sabías que este color no se utiliza en todo el mundo sino que varía según la cultura y las creencias de cada país?
Detrás de cada costumbre arraigada hay una historia por conocer... ¡En esta nota las respuestas!
Existen muchas versiones acerca del porqué de la elección del negro como el color utilizado actualmente en acompañamientos fúnebres. La versión más difundida es que esta tradición tiene su origen en la superstición.
Según una antigua creencia, cuando una persona fallecía, su alma salía del cuerpo y buscaba introducirse dentro de cualquier persona con vida. Este temor a ser poseídos por los espíritus de los difuntos, hacía que entre las diferentes tribus se acostumbrara a pintar sus propios cuerpos de negro. Así, al estar camuflados e “invisibles” frente a los espíritus, podían pasar inadvertidos y el alma del fallecido no encontraría cobijo en ninguno de los allí presentes. Con el tiempo esta costumbre fue mutando y la pintura corporal fue reemplazada por la vestimenta negra.
En el caso de algunas etnias africanas esta práctica se realizaba a la inversa: el color elegido para ocultarse de los espíritus era el blanco, en contraposición a la tez oscura de sus habitantes. Por este motivo, se acostumbraba a cubrir la piel con cenizas blancas.
De esta manera, el color negro no se asocia con el luto en todas partes del mundo.
Por el contrario, los colores crean representaciones simbólicas de la muerte de acuerdo a cada cultura y período histórico.
El luto –como lo conocemos en la cultura occidental-, surgió como una costumbre en el siglo XVI, promulgado por los Reyes Católicos, quienes crearon un conjunto de leyes que fueron denominadas como la “Pragmática de Luto y Cera”.
En esta declaración se oficializa el color negro como el indicado para la indumentaria y se establecen algunas de las formalidades que aún se llevan a cabo en este tipo de acontecimientos.
Así, los colores para expresar la pena varían según el lugar y el tiempo en el que nos encontremos. Por ejemplo, para nuestra cultura, el blanco es símbolo de pureza, luminosidad e inocencia, mientras que este mismo color para los budistas y los habitantes de Medio Oriente y Asia simboliza la palidez de la muerte y es utilizado para vestir de luto.
Países como Irán o Corea del Sur utilizan el azul en los funerales, en Tailandia el violeta, y entre los egipcios se acostumbra a pintar la boca de color rojo para evitar que la muerte “ingrese” al cuerpo.
En definitiva, según las creencias, las prácticas religiosas y el contexto histórico, las reglas de vestimenta y comportamiento durante el tiempo de luto son completamente diferentes. Curioso, ¿no?
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