En primer lugar, nada podría sobrevivir al intenso calor de la zona cero de la explosión. Por ejemplo, la bomba de 15 kilotones que explotó sobre Hiroshima desencadenó una tormenta de fuego de 982,2 ºC. Esto incineró todo en un radio de 1,9 km. Fuera de ese radio, no obstante, una cucaracha tiene bastantes posibilidades de sobrevivir a la subsiguiente lluvia radiactiva. Esto la diferencia a otras criaturas que habitan el planeta tierra.
Una cucaracha común puede soportar una dosis de 6.400 rads (la medida estándar de la radiación ionizante)
En comparación, la dosis letal para el ser humano es de tan solo 500 rads. Aaproximadamente el equivalente a 42 sesiones simultáneas de rayos X. Lo que constituye una diferencia significativa y definitiva de cantidad de uno y otro.
Una de las teorías explica que, en su período larvario, una cucaracha experimentan una muda semanal durante la cual sus células se subdividen a la mitad de la frecuencia habitual. Ya adulta, se subdividen aún menos. La radiación causa la mayoría de las mutaciones del ADN replicante, es decir, es más frecuente en las células que se están subdividiendo. Así que las cucarachas podrían muy bien reconstruir el mundo una vez nos hayamos extinguido.
Fuente: quo.es