¿Por qué se usa la alianza de casados en el dedo anular?

Alianzas y el dedo anular

El anillo de bodas, según las costumbres occidentales, simboliza el amor eterno e infinito entre una pareja de enamorados. ¿Alguna vez te preguntaste por qué este anillo se coloca en el cuarto dedo de la mano izquierda? Hay muchas historias en torno a esta costumbre, que tiene su origen en dogmas culturales y prácticas religiosas milenarias. 

En este artículo, te contamos dos versiones populares: una procedente de la antigua tradición romana y la segunda de una antiquísima leyenda china.

 

La antigua tradición romana y el dedo anular

En diferentes etapas de la historia de la humanidad, las alianzas matrimoniales se han usado en distintos dedos y manos. En nuestra cultura es común utilizar el dedo anular de la mano izquierda como el portador del anillo de casados. De acuerdo a la tradición romana, esta elección no es casual. Hace cientos de años, existía la creencia acerca de que una vena ubicada en el dedo anular de la mano izquierda conducía directamente al corazón. Los antiguos romanos denominaban a esta vena con el nombre de vena amoris, es decir “vena del amor”. De esta manera el dedo anular se encontraba estrechamente relacionado con la esfera de los sentimientos y el afecto entre dos personas. Aunque estudios científicos recientes han cuestionado la existencia real de esta vena, lo cierto es que la tradición ha logrado perdurar hasta nuestros días.

La creencia de los romanos parece ser motivo suficiente para encontrar una respuesta a la relación existente entre un anillo de compromiso marital y el dedo anular de la mano izquierda. Sin embargo existe también una famosa leyenda oriunda del continente asiático.

 

La leyenda china y el dedo anular

Según un proverbio chino, cada uno de los dedos de la mano tiene un significado y remite a los seres queridos. Así el dedo pulgar representa a los padres, el índice a nuestros hermanos y amigos, el dedo del medio nos representa a nosotros mismos (al propio ser), el dedo anular (cuarto dedo) simboliza a la pareja y por último, el dedo meñique, a los hijos.

La forma de interpretar esta antigua leyenda es muy sencilla: solamente hay que juntar las dos manos (palma con palma), y doblar los dedos del medio hacia dentro, de manera que queden nudillo con nudillo.

Acto seguido, intentar separar -de forma paralela- los dedos pulgares. Fácil, ¿no? Volver a unir los dedos a la posición inicial y probar separar los dedos índices, luego los dedos meñiques y por último los anulares. Sorprendentemente el único que no es posible separar es el cuarto dedo, el anular.

Según la leyenda china, esto ocurre porque los padres no están destinados a vivir a nuestro lado por siempre, por eso los dedos se separan, los hermanos y los amigos tienen sus propios caminos trazados, los hijos crecen y tienen su propia vida. Pero la imposibilidad de separar los dedos anulares, significa que las parejas están destinadas a estar juntas por siempre, hasta que la muerte los separe.

Este compromiso de eternidad es sellado y simbolizado con un anillo en ese dedo. Curioso, ¿no?

Fantasía o realidad, esta costumbre ha logrado sobrevivir siglos hasta nuestros días…

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