En el mundo de la joyería y la inversión, el debate sobre qué es más valioso, el oro o los diamantes, ha sido una constante. A menudo, se asume que los diamantes son más raros y, por lo tanto, más valiosos. Sin embargo, una mirada más profunda revela una historia más compleja.
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Rareza del oro: un metal precioso
El oro, conocido por su belleza y valor intrínseco, es uno de los metales más raros de la Tierra. Se forma en las colisiones de estrellas de neutrones, eventos cósmicos extraordinarios que ocurren en el universo. Durante la formación de la Tierra, los elementos más pesados, como el oro, se hundieron hacia el núcleo del planeta, lo que resultó en que solo pequeñas cantidades quedaran cerca de la superficie.
Aunque el oro se encuentra en una variedad de rocas en la corteza terrestre, su concentración es extremadamente baja, aproximadamente 4 partes por mil millones en promedio. Para que un depósito de oro sea económicamente viable, debe alcanzar concentraciones significativamente más altas. Esto hace que la extracción de oro sea un proceso costoso y difícil.
Rareza de los diamantes: presión y transformación
Por otro lado, los diamantes son una forma altamente presurizada de carbono, uno de los elementos más comunes en la Tierra. Sin embargo, la transformación natural del carbono en diamantes es un proceso extremadamente arduo y raramente exitoso. Los diamantes solo pueden formarse en el manto de la Tierra, aproximadamente a 93 millas (150 kilómetros) bajo tierra, donde están expuestos a altas temperaturas y presiones extremas.
La fórmula requerida para la formación de diamantes implica condiciones extremas: el carbono debe estar bajo alrededor de 725.000 libras de presión por pulgada cuadrada y calentado a aproximadamente 2.200 grados Fahrenheit (1.204 grados Celsius). Luego, los diamantes emergen a la superficie durante eventos geológicos como erupciones volcánicas.
Vea también: ¿Cómo se forman los diamantes?
Diamantes sintéticos y su impacto en la rareza
La invención de los diamantes sintéticos ha añadido una capa adicional de complejidad a la cuestión de la rareza. Los científicos pueden recrear las condiciones necesarias para producir diamantes en laboratorio, lo que plantea preguntas sobre la verdadera rareza de los diamantes naturales.
Aunque los diamantes sintéticos son químicamente idénticos a los naturales, su disponibilidad en el mercado a menudo los hace menos valorados en comparación con los diamantes naturales.
Conclusión: ¿Cuál vale más, el oro o el diamante?

Si bien el oro es más raro en su forma elemental, la complejidad de la formación natural de los diamantes los hace igualmente raros en su estado natural. La existencia de diamantes sintéticos puede influir en la percepción de rareza de los diamantes naturales, pero la demanda y la calidad siguen siendo factores clave en su valor en el mercado de la joyería y la inversión.